sábado, 15 de octubre de 2011

Venecia

Venecia
21-7-2010
Llegamos a Venecia en tren. Era temprano y ya hacía muchísimo calor y una humedad tremenda. Nuestro hotel estaba a escasos 200 metros de la estación, así que dejamos las maletas en recepción y volvimos a la estación para coger el Vaporetto1 que dejaba en el centro.
Mientras mirábamos qué billete coger, unos chicos españoles nos dieron sus billetes para 1 día que les sobraba ¡Qué guay, un gasto menos!
El vaporetto iba lleno hasta la bandera. Nuestra primera parada fue en el puente Rialto. Aquí ya empezamos a ver tiendas de máscaras, de cristal de murano y souvenirs.




Fuimos andando hasta la plaza de San Marco. Las calles son todas un caos de gente y no sabes ni por donde vas. Menos mal que hay carteles en todas las esquinas.
Estos carteles te salvan de no tener que volverte loco con el mapita, porque Venecia es como un laberinto.

Llegamos a la plaza San Marco y como siempre me pasa en mis viajes, la mitad de la fachada estaba con andamios. Hacía un calor de muerte y unas colas tremendas para entrar , así que por supervivencia, decidimos no entrar a ver iglesias, ni monumentos, ni Palacios. Teníamos suficiente con visitar la ciudad.
En un lateral de la plaza esta el puente de los suspiros, pero no pudimos verlo porque estaba tapado por carteles, una pena.


En ese punto decidimos jugar una "gymkana", teníamos que llegar a un punto del mapa que elegimos al azar. Cada pareja por una calle distinta. Teníamos que llegar a las 14.30 a la plaza Sant' Angelo, pero el recorrido era muy complicado. Calles estrechas, puentes, ¡Menuda aventura leer el mapa que nos dieron en el hotel! La mitad de las calles no venían. Pero al final llegamos.
Nos acercamos al hotel a descansar un rato y darnos una ducha, el calor era insoportable y por la tarde podíamos seguir.


Esa tarde cogimos el Vaporetto 2 que daba la vuelta por la zona del puerto y vimos los barcos cruceros y veleros, todo lujosos y grandes . Nos bajamos en San Marco y volvimos dando un paseo hasta Rialto. Allí cruzamos al barrio S.Polo, junto al mercado de pescado. En una plaza vimos a mucha gente que estaba tomando vinos en la calle. Allí probamos el Splizt, una bebida típica de Venecia. Cogimos uno dulce y otro salado para elegir, pero ninguno nos convenció, para mi gusto muy amargos.


Arancha y Pablo querían volver a Rialto, pero nosotros decidimos callejear por ese barrio. Justo detrás del mercado de pescado paramos a cenar algo de pasta. Spaguetti al pomodoro y pizza, en un restaurante italiano con dueños chinos, jejejeje (los mejores spaguettis que he comido).
Decidimos echarle valor y volver andando al hotel por el barrio s. Polo, que está en la orilla contraria a nuestro hotel. ¡Menos mal que había carteles a Ferrovia!

Las calles ya estaban oscuras y nos cruzamos con poca gente, pero la verdad que no me sentí mal, solo perdida. Menudas risas pasamos siguiendo a una chica y menos mal que no iba a su casa, jajajajaja.
De repente al cruzar una esquina nos topamos con las fiestas de un barrio. Había orquesta, puestos de comida y bebida y un montón de mesas con bancos, había incluso baños públicos.

La gente bailando el paquito chocolatero italiano, vamos como en cualquier pueblo de aquí, pero creo que mejor montado.
Nos costó bastante encontrar el cartel de Ferrovia, pero al final conseguimos llegar. ¡Menuda aventura!

22-7-2010

Hoy vamos a visitar las islas de Burano y Murano.
Cogimos el vaporetto 1 hasta Lido y desde allí a Burano en barco LN. La isla de Burano es chulísima, cada casa es de un color distinto y al ser pequeña la puedes recorrer en un rato. Muchas casas tienen su propio negocio y allí puedes encontrar las típicas sombrillas de encajes y gran cantidad de tapetes hechos por las mujeres de la isla.
En la isla se respira una tranquilidad inusual en Venecia, es como un mundo aparte y las posibilidades fotográficas son infinitas, es muy inspiradora. Me encantó.

Hoy el calor es todavía más intenso y en la isla parece que se ha intensificado. Dejamos la isla y cogemos el vaporetto de nuevo, pero hacia Fondamenta Nouve. El barco hizo parada en Murano, pero hacía tantísimo calor que no quisimos parar y fuimos directos a Venecia. En Murano lo que se puede visitar son las fábricas de cristal, así que tampoco nos perdimos demasiado.

Cuando llegamos a Venecia comenzó nuestra nueva aventura de perdernos por las calles.
Empezamos a andar y recorrer varios barrios. Pasamos por la Ca' d' Oro (calle muy comercial), fuimos hasta Santi Giovanni e Paolo, también estuvimos en San Giorgio dei Greci y acabamos en San Marco. Habíamos hecho una parada en la orilla de un canal para comer (que buena esta la pasta aquí).

Después de una parada para reponer energías, cogimos la calle del museo Correr para ver esa zona y descubrimos la zona de tiendas de firmas exclusivas. En uno de los canales de esta zona vimos una cola de 30-40 orientales para coger una góndola, nosotros no cogimos ninguna porque 90€ me parecieron una burrada por ir en una góndola a pleno soletón.

Cuando llegamos a Madrid descubrimos que la cola se debía al precio baratísimo de esa compañía, que solo te lleva de una calle hasta la de enfrente pero te cobran como un billete de vaporetto.

Desde San Samuelle cogimos el vaporetto hasta el hotel. ¡Qué calor por dios! Una ducha reparadora y volvimos otra vez a San Marco para cenar. Comimos unos bocadillos italianos y nos sentamos cerca del puente de los suspiros a comerlos. ¡Vaya vistas!

23-7-2010

Fuimos temprano a cambiar los billetes del tren para irnos más tarde y después aprovechamos para irnos de compras por las calles del hotel. Nada más salir ya empezamos a sudar. Estuvimos solo 1 hora ya al volver al hotel me tuve que volver a duchar. En ese rato compramos algunas máscaras y especias para la pasta y cristal de Murano.


De Venecia me quedo con las calles perdidas, los edificios destartalados, los palacetes del Gran Canal. Me han encantado las mil máscaras, todas son preciosas y no sabes cual elegir. En fin, una ciudad a la que tengo que volver.

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